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lunes, 12 de septiembre de 2016

Chile y la labor humanitaria de México



Socorro Flores*
La Jornada 
Los diplomáticos mexicanos han exaltado a lo largo de la historia el carácter humanitario de su labor en favor de los principios más nobles. Así lo hizo Gilberto Bosques durante la Segunda Guerra Mundial y, más recientemente lo realizó el embajador Gonzalo Martínez Corbalá cuando la noche más negra se aposentó sobre Chile.
Por ello, a 43 años de ese fatídico 11 de septiembre, en el que la democracia chilena fue interrumpida por un golpe de Estado que acabó con la vida del presidente Salvador Allende, el gobierno de la mandataria Michelle Bachelet ha honrado a 26 ciudadanos mexicanos encabezados por el embajador Martínez Corbalá, quienes contribuyeron a hacer posible la salvación y la inserción en la sociedad mexicana de notables chilenos que debieron abandonar su país, para encontrar en México su otra patria.
El exilio chileno es uno de los gestos más nobles y solidarios que México ha tenido con el mundo. Fue también un gran ejemplo de su tradicional política de asilo y protección a perseguidos por razones ideológicas. Fue una excepcional muestra de la responsabilidad global con la que siempre ha actuado nuestro país en el escenario internacional.
Desde los primeros días del golpe, varias mexicanas y mexicanos apoyaron a quienes huían de la dictadura militar. Con valentía, encararon los peligros de las armas sólo por el simple anhelo de ser útiles ante la tragedia que enfrentaba el pueblo chileno. La embajada de México en Santiago se erigió entonces como un refugio de esperanza.
El gobierno mexicano, por instrucción del entonces presidente Luis Echeverría, estableció un puente aéreo que salvó del odio a miles de chilenos perseguidos. Entre septiembre de 1973 y noviembre de 1974, alrededor de 700 chilenos estuvieron asilados en la embajada mexicana. Alrededor de 12 mil chilenos, entre 1973 y 1990, lograron llegar a nuestro país.
México se convirtió así en una tierra fraterna y solidaria, que contribuyó a mitigar el dolor que produce abandonar el lugar de origen.
Son esa calidez y fidelidad las que el gobierno de la presidenta Bachelet reconoce y ha querido honrar en esta oportunidad. Son la valentía y el arrojo de mexicanas y mexicanos que en ese momento de incertidumbre, desesperanza y tragedia, tendieron una mano fraterna a los hermanos chilenos. Entre ellos podemos mencionar al mismo presidente Echeverría, a los embajadores Martínez Corbalá y Raúl Valdés Aguilar; a los periodistas Carlos Payán, Carmen Lira y Socorro Díaz Palacios; al economista Víctor Urquidi Bingham, y al licenciado Porfirio Muñoz Ledo.
Así como México abrió sus brazos a Chile, Chile y su gente contribuyeron enormemente a la sociedad que los recibió, nuestro país se enriqueció, y se enriquece del exilio chileno, lo que se manifiesta por conducto de destacadas personalidades de esa nación, entre ellas Isabel Allende, José Miguel Insulza, Juan Somavía, Carolina Tohá y Luis Maira, quienes ayudaron con su talento a construir instituciones académicas y fortalecer la cultura política de México. Gracias a ellos se desarrollaron importantes disciplinas en nuestro país, como la demografía, la economía, la ciencia política y la sociología, las cuales tomaron una nueva dimensión al incluirse la visión latinoamericanista que los exiliados chilenos integraron a estos estudios.
México y Chile comparten valores e ideales como la democracia, el pluralismo, la libertad, la legalidad, el respeto a los derechos humanos y a las instituciones. No es casualidad que nuestros pueblos hayan sido siempre cercanos y compartan una identidad común. Somos naciones que nos entendemos mutuamente y hemos construido una relación de confianza inquebrantable.
El reconocimiento de la presidenta Bachelet al pueblo y gobierno de México
por la labor realizada durante el exilio chileno, ratifica la tradicional vocación humanitaria y social de nuestra política exterior. Con este acto, el gobierno de Chile agradeció a México su solidaridad y destacó el alto espíritu humano de los homenajeados. México a su vez, agradece a Chile el cariño de su gente y la contribución que miles de ellos hicieron al desarrollo del México contemporáneo.
*Embajadora del Servicio Exterior Mexicano y subsecretaria para América Latina y el Caribe

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