Lilian Ayalde, diplomática de Estados Unidos contra Lugo y Roussef
Diario Contexto
Lilian Ayalde, la diplomática de Estados Unidos en
Paraguay durante el golpe parlamentario contra Fernando Lugo, fue la
representante norteamericana en Brasil durante el golpe contra Dilma Rousseff.
La injerencia de Estados Unidos en América Latina ha sido denunciada
innumerables veces. Los intentos desestabilizadores contra los procesos
populares de la región se han dado uno tras otro. El rol de la Embajada norteamericana
y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) es
cada día más evidente. Sin embargo, lo que no suele ser común es que todos esos
elementos confluyan en una figura. Quien lo ha conseguido es la diplomática
Lilian Ayalde, transformándose en un símbolo de intervencionismo en la región.
Ayalde no sólo fue una importante funcionaria de la USAID, entidad
estrechamente vinculada la Agencia Central de Inteligencia (CIA), sino que,
además, fue la embajadora norteamericana en Paraguay durante el golpe
parlamentario contra el presidente Fernando Lugo, y luego se trasladó a Brasil,
para ser la embajadora de Estados Unidos durante el golpe (también
parlamentario) contra Dilma Rousseff.
Los dos golpes de Estado tuvieron el mismo modus operandi: la traición del
vicepresidente que, con mayoría parlamentaria de su lado, impulsa un proceso
destituyente contra el mandatario electo democráticamente y logra quedarse con
el poder.
En los dos golpes tuvo un rol vital la Embajada de Estados Unidos, haciendo
lobby para aglutinar a toda la oposición en contra de los presidentes que –en
los dos casos- no habían cometido ningún delito.
Los dos golpes fueron articulados, desde el sillón de la Embajada, por la
misma persona: Ayalde. El vínculo de los golpistas con la Embajada se hizo
sumamente evidente con la revelación de cables confidenciales hecha por
WikiLeaks.
En el caso paraguayo, los cables firmados por Ayalde dan cuenta de que el
Gobierno norteamericano conocía a la perfección las reuniones entre
parlamentarios y militares que planeaban destituir al presidente Lugo.
En aquella ocasión, Ayalde se retiró de la Embajada poco antes de que el
golpe se consumase y, luego de pasar un tiempo en funciones en la USAID, se
transformó en la representante de Estados Unidos en Brasil.
Pocos días después del golpe, en un artículo publicado en la revista América
XXI titulado “Golpe yanqui en Paraguay”, el ex parlamentario y
dirigente del Partido Liberal Radical, Domingo Laíno, aseguró: “Pareciera que
tanto Argentina como Brasil no se dieron cuenta de que la estrategia del
imperio es tener como enclave a Paraguay, que le permite tirotear todo el
proceso de integración regional y debilitar las dos economías más fuertes de
América Latina”.
“Lo que Washington no ha logrado con la medialuna boliviana, ni con
Honduras, ni con la militarización de las bases en Colombia, ni con la
desestabilización en Ecuador, ni con el golpe y sabotaje en Venezuela, lo está
logrando a través de Paraguay. Porque Paraguay es un país pequeño, con
ubicación estratégica, inmejorable en el Cono Sur, con una histórica debilidad
del Estado y una oligarquía absolutamente medieval que en su afán de dominio
sobre este territorio, incluso por encima de su codicia, le hacen el juego a
las pretensiones del Norte”, completaba.
En el caso de Brasil, los cables revelaron la relación que los diplomáticos
norteamericanos tenían con el golpista Temer. El hombre que la presidenta Dilma
Rousseff definió como “el jefe de los conspiradores” se reunía periódicamente
con los representantes de la Embajada de Estados Unidos y les brindaba
información que él mismo calificaba como “sensible” y “sólo para uso oficial”.
El cable difundido por Wikileaks, que habría sido emitido en 2005, fue
enviado desde San Pablo al Comando Sur (con sede en Miami) y señala: “El
diputado Federal Michel Temer, presidente nacional del Partido del Movimiento
Democrático Brasileño (PMDB), cree que la desilusión pública con el presidente
Lula y el Partido de los Trabajadores (PT) proporciona una oportunidad para que
el PMDB presente su propio candidato a las elecciones presidenciales de 2006”.
Otra parte del cable revelado por Wikileaks asegura: “Al ser preguntado
sobre el programa del partido, Temer indicó que el PMDB apoya políticas que favorecen
el crecimiento económico. [El partido] no tiene ninguna objeción al Área de
Libre Comercio de las Américas (ALCA) [y] preferiría ver al Mercosur
fortalecerse con el fin de negociar con el ALCA como bloque, pero la tendencia
parece ser la contraria”.
En ese contexto, no le resultó nada difícil a Ayalde articular los intereses
del vicepresidente Michel Temer, el presidente de la Cámara de Diputados,
Eduardo Cunha, una serie de legisladores denunciados por corrupción, sectores
enquistados en el Poder Judicial representados en la figura el juez Sergio Moro
y el grupo mediático hegemónico Red Globo.
Como en un juego, cuando todo estuvo alineado, sólo hubo que dar el primer
empujón, las piezas fueron cayendo una tras otra, hasta que el golpe fue un
hecho. La historia de Paraguay se había repetido. Ayalde había cumplido una vez
más.
En diálogo con diario Contexto, Jorge Kreyness,
analista de política internacional, aseguró: “En los golpes en Honduras,
Paraguay y Brasil jugó un papel clave la Embajada de Estados Unidos. Fue clave
su lobby parlamentario, como así también su trabajo para condicionar la postura
de los medios de comunicación y de las corporaciones judiciales de los países”.
Por último, y en relación con el rol que ha jugado la USAID, Kreyness afirmó:
“Es una entidad que se presenta con la mascarada de la ‘ayuda para el
desarrollo’, fomenta la aparición de las Organizaciones No Gubernamentales
(ONG). En Bolivia trató de generar levantamientos en movimientos campesinos
contra el Gobierno popular de Evo Morales y por eso el presidente la expulsó de
su país. Es una entidad que está en estrecha relación con las embajadas y con
los procesos destituyentes que impulsa Washington”.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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